El Betlem Vivent de Almassora cumple este año su 30 aniversario, consolidándose como una de las tradiciones navideñas más queridas y emblemáticas del municipio. Organizado por la congregación dels Lluïsos d’Almassora, el belén viviente se ha convertido en un referente cultural y religioso, reconocido además como Fiesta de Interés Turístico Provincial, junto a la representación de la Pasión de Semana Santa y la propia Semana Santa de Almassora.
La representación tendrá lugar el sábado 20 de diciembre a las 18:00 horas en la Plaça Doctor Fleming, conocida popularmente como la Plaça la Picaora. Todo el acto se realiza íntegramente en valenciano, reforzando así el compromiso con la lengua y la identidad cultural de la localidad.
En el Betlem Vivent participan alrededor de 80 personas, entre actores, actrices y voluntarios que colaboran en tareas fundamentales como el vestuario, el maquillaje, el montaje de decorados y la organización general. La mayor parte de los personajes son interpretados por niños y niñas de la congregación, de edades muy variadas: desde los más pequeños, como los entrañables angelets, hasta aquellos que se preparan para tomar la comunión. Los papeles de mayor relevancia —como los Reyes Magos, sus pajes, la posadera o el rey Herodes— son representados por adultos, aportando mayor solemnidad y fuerza interpretativa a la puesta en escena.
El público puede disfrutar cómodamente del espectáculo gracias a las gradas y sillas instaladas en la plaza, donde se desarrolla íntegramente la representación. Cada año se renuevan los decorados, y en esta edición tan especial se han preparado nuevas sorpresas para conmemorar las tres décadas de historia del Betlem Vivent. Como colofón final, se realiza una rifa de pequeños regalos, que pone el broche festivo a la jornada.
La preparación del belén comienza con mucha antelación. Desde el primer fin de semana de noviembre, los actores ensayan cada sábado a las 16:00 horas en la sede de la congregación, ubicada en el Centro Parroquial. Allí mismo se elaboran los decorados y se preparan los vestuarios. El día de la representación, desde primera hora de la mañana, se montan los distintos escenarios en la plaza y, a media mañana, se lleva a cabo el último ensayo general para que todo esté listo. Por la tarde, se revisan los últimos detalles antes del gran momento. Tras finalizar el acto, todos los participantes colaboran en la recogida de decorados y materiales.
La implicación del Betlem Vivent no termina ahí. Los personajes también participan en la Cabalgata de Reyes de Almassora, desfilando en varias carrozas que recrean las escenas del belén y siendo los primeros en recibir a Sus Majestades al finalizar la cabalgata.
Treinta años después de su inicio, el Betlem Vivent de Almassora sigue siendo un ejemplo de trabajo colectivo, ilusión y tradición, transmitiendo el espíritu de la Navidad de generación en generación.



