El prelado pone su cargo a disposición del Papa tras casi dos décadas al frente de la diócesis. Continuará en el cargo hasta que se nombre a su sucesor.
El obispo de Segorbe-Castellón, Casimiro López Llorente, ha presentado oficialmente su renuncia al Papa tras cumplir 75 años, tal y como establece el Código de Derecho Canónico. La decisión, aunque prevista por la normativa eclesiástica, marca un momento histórico para la diócesis, que se prepara para iniciar un proceso de transición en su liderazgo pastoral.
López Llorente, que asumió el cargo en abril de 2006, ha sido durante casi veinte años una figura clave de la Iglesia en la provincia de Castellón. Su mandato se ha caracterizado por el impulso a la pastoral social, educativa y familiar, así como por su compromiso con las comunidades rurales y las personas más necesitadas.
Una renuncia prevista pero significativa
Según la legislación eclesiástica, los obispos deben presentar su renuncia al cumplir los 75 años, aunque su cese no se hace efectivo hasta que el Papa la acepte formalmente. Hasta ese momento, el prelado continuará desempeñando sus funciones con total normalidad.
Desde la diócesis de Segorbe-Castellón se ha confirmado que López Llorente seguirá al frente del gobierno diocesanoy presidirá las celebraciones litúrgicas y pastorales mientras se determina su relevo. “El obispo no se jubila; presenta su renuncia y continúa sirviendo a la Iglesia hasta que se le comunique la aceptación”, han recordado fuentes eclesiales.
Natural de Arteaga (Burgos), el obispo fue ordenado sacerdote en 1975 y desempeñó varios cargos académicos y pastorales antes de su nombramiento en Segorbe-Castellón. Su trayectoria ha estado marcada por una visión de Iglesia cercana, solidaria y unida.
Con la renuncia presentada, la diócesis de Segorbe-Castellón entra en una etapa de espera y reflexión, a la espera de que el Vaticano designe un nuevo obispo. Mientras tanto, se reconoce la labor de López Llorente por su entrega y servicio durante casi dos décadas.
