La activista burrianense Sofía Buchó, integrante de la Global Sumud Flotilla, se encuentra retenida en Israel después de que el barco en el que viajaba, el Sirius, fuera interceptado por el Ejército israelí en aguas internacionales, a pocas millas de la Franja de Gaza. La misión tenía como objetivo abrir un corredor humanitario permanente hacia el enclave palestino.
Según fuentes de la organización, Buchó y el resto de la tripulación fueron trasladados al puerto de Asdod tras ser detenidos por buques militares israelíes. Desde entonces, permanecen incomunicados, ya que las autoridades les habrían confiscado teléfonos y ordenadores.
Fuentes consulares españolas han asegurado que existen garantías para que reciban atención y apoyo consular.
Hasta el momento, no se ha reportado que los activistas hayan sufrido malos tratos físicos durante su detención, aunque las organizaciones humanitarias implicadas califican el episodio de “secuestro en alta mar”.
El Ministerio de Exteriores de Israel confirmó la operación y afirmó que ninguna de las embarcaciones de la flotilla logró superar el “bloqueo naval” impuesto sobre Gaza. “La provocación ha terminado. Todos los pasajeros están a salvo y con buena salud”, indicó el comunicado oficial difundido en redes sociales.
El Gobierno israelí ha reiterado su intención de deportar a los detenidos a Europa y ha calificado la expedición de “maniobra política vinculada a Hamás”.
Los familiares de Sofía Buchó han remitido cartas a varias instituciones españolas, entre ellas el Ministerio de Exteriores, la Embajada de España en Israel y el Consulado General en Jerusalén. Reclaman la liberación inmediata de los activistas y la apertura de una investigación por lo que consideran una detención ilegal en aguas internacionales.
En las misivas, solicitan que se garantice la seguridad física y psicológica de las personas arrestadas y que se activen “todas las vías diplomáticas posibles”. Subrayan además la urgencia de la situación, advirtiendo de que “cualquier demora podría poner en riesgo su integridad”.
El padre de la activista, Antonio Buchó, explicó que se mantiene en contacto con los servicios de emergencia consular. “He respirado profundamente al saber que Sofía sigue allí por decisión propia, con su fuerza interior. La queremos mucho y confiamos en ella”, ha declarado con emoción.
Mientras tanto, colectivos solidarios y organizaciones pro derechos humanos han comenzado a movilizarse para exigir la liberación de todos los integrantes de la flotilla.