Un total de 71 empresas cerámicas de Castellón participan en esta edición
Cersaie 2025 convierte Bolonia en un escaparate vivo de creatividad cerámica
olonia se transforma estos días en un gran taller cerámico abierto al público. La feria Cersaie 2025, inaugurada ayer lunes y activa hasta el viernes, vuelve a situar a la ciudad italiana en el centro del mapa mundial de la cerámica y el diseño.
Este año, el salón celebra su 42ª edición con cifras récord: 155.000 metros cuadrados de exposición y 620 empresas participantes. Casi el 40% de estas firmas procede de fuera de Italia, representando a 29 países de los cinco continentes. La reapertura del Pabellón 19, convertido en la Città della Posa, ha hecho posible ampliar la superficie respecto a 2024. Allí, el visitante no solo contempla productos, sino que asiste en directo al trabajo de instaladores que convierten la colocación en un espectáculo técnico y artístico.
Uno de los puntos de mayor atracción es el espacio «I Posatori Incredibili», donde alicatadores y ensoladores muestran sus destrezas en vivo, invitando al público a interactuar con ellos. A su alrededor se han dispuesto áreas para charlas, sesiones formativas y espacios de debate que refuerzan la vocación pedagógica de la feria.
El contenido cultural tampoco se queda atrás. El programa Costruire, Abitare, Pensare regresa con una propuesta renovada, mientras que la entrada de la Piazza Costituzione sorprende a los visitantes con una instalación inédita pensada para reflexionar sobre la relación entre arquitectura, hábitat y creatividad.
Pero Cersaie no solo es escaparate: también es altavoz. La feria se ha consolidado como el lugar donde la industria expone a las instituciones sus retos inmediatos, desde la necesidad de políticas energéticas más sostenibles hasta estrategias industriales que consoliden el liderazgo global del sector.
Más allá de las cifras, el verdadero valor de esta cita radica en cómo la cerámica sigue reinventándose: de simple arcilla a revestimiento, pavimento, objeto de diseño y obra de arte. Una metamorfosis que en Bolonia se puede ver, tocar y vivir en directo.