La ciudad apuesta por remodelar y mejorar la funcionalidad sin renunciar al carácter histórico y patrimonial
La transformación de las ciudades se ha convertido en una prioridad. Las necesidades de movilidad, sostenibilidad y dinamismo económico conviven con una exigencia ineludible: conservar la memoria que guardan sus calles, edificios y plazas. La ciudad de Castellón no es ajena a estas obligaciones. La remodelación del Mercado Central, el debate sobre la adaptación a nuevas necesidades o las reformas en espacios ilustran un dilema que se repite en muchos ayuntamientos: ¿cómo modernizar sin perder identidad?
Un rico Patrimonio que hace del motor de la ciudad
Uno de los principales retos es desterrar la percepción de que el patrimonio supone un lastre para el progreso. Al contrario, una ciudad que cuida sus edificios históricos refuerza su atractivo turístico y cultural. En Castellón, el Mercado Central es un claro ejemplo: su remodelación busca mejorar la funcionalidad y seguridad del espacio, pero sin renunciar al carácter emblemático que lo ha convertido en punto de encuentro durante generaciones. Junto a estas actuaciones, se refuerza el cuidado de la jardinería y los parques, con nuevos espacios verdes, mantenimiento constante y zonas pensadas para el disfrute de familias, niños y mayores.

Tecnología y comunicación
La modernización urbana implica introducir nuevas tecnologías: eficiencia energética, accesibilidad universal, digitalización de servicios. El Ayuntamiento de Castellón destaca por su comunicación abierta y transparente a través de sus cuentas oficiales en redes sociales, donde se informa de manera ágil sobre proyectos, servicios y actividades municipales. A ello se suma la presencia activa de la alcaldesa, Begoña Carrasco, que utiliza sus perfiles personales para acercar la gestión local a los vecinos, responder inquietudes y mantener un contacto directo con la ciudadanía. Además de todo eso la integración de paneles solares en azoteas patrimoniales, la instalación de sistemas de climatización o la accesibilidad para personas con movilidad reducida son soluciones que la ciudad está tomando para estar a la vanguardia.

Participación ciudadana
Otro desafío es lograr que la ciudadanía se sienta parte del proceso. Cuando se plantea un proyecto de remodelación como el que se ha hecho en el Parque del Censal, la participación pública es clave para encontrar las necesidades. El Ayuntamiento de Castellón ha puesto en marcha un sistema de voto ciudadano para decidir cómo se equipará el futuro Parque del Censal. Los vecinos pueden participar tanto de forma online como presencial, respondiendo a encuestas y aportando propuestas. Con este proceso se busca que el nuevo espacio verde refleje las necesidades reales de la ciudadanía y se convierta en un parque pensado por y para todos.

Economía y sostenibilidad
Castellón avanza en la creación de su Zona de Bajas Emisiones, un área en el centro de la ciudad donde solo podrán circular libremente vehículos con etiqueta Eco o Cero. Con esta medida, que entrará en vigor en 2026, se busca reducir la contaminación, mejorar la calidad del aire y ganar espacios más amables para peatones y ciclistas.

Mirar al futuro sin olvidar el pasado
El gran reto es recordar que modernizar no significa borrar. Castellón, como tantas otras ciudades, necesita crecer, pero también preservar aquello que la hace única. Lograrlo implica diálogo entre administraciones y vecinos. De esta forma la ciudad de Castellón mira al futuro con proyectos de modernización, sostenibilidad y nuevas oportunidades, pero sin olvidar su pasado, sus tradiciones y la identidad que la hacen única. Y por eso celebra con orgullo el 774 aniversario del Privilegio del Traslado de Castellón, la Magdalena y otras fiestas además de contar durante el año con una amplia programación cultural, actividades para las familias y muchas propuestas más que refuerzan el vínculo entre ayuntamiento y ciudadano.