El Submarino Amarillo vence al Sevilla 4-2, alcanza los 70 puntos y firma la mejor cifra goleadora de su historia en Primera División
La afición y el equipo groguet viven una noche mágica en el Estadio de la Cerámica tras sellar su clasificación para la UEFA Champions League
El Villarreal CF puso el broche de oro a una temporada inolvidable con una contundente victoria por 4-2 ante el Sevilla en la última jornada de LaLiga. Sin nada en juego a nivel clasificatorio, pero con mucho que celebrar, los groguets protagonizaron una tarde mágica en casa, culminando su campaña con 70 puntos y estableciendo un nuevo récord histórico de goles en Primera División: 71 tantos a favor.
Con la clasificación para la próxima Champions League ya asegurada, el duelo ante el Sevilla fue una auténtica fiesta desde el pitido inicial. Las gradas del Estadio de la Cerámica lucieron espectaculares, ondeando 20.000 banderas amarillas y coreando el himno del club. Una celebración cargada de simbolismo, especialmente por la despedida de algunos pesos pesados del vestuario, como Raúl Albiol, que recibió homenajes del club, sus compañeros y una afición entregada.
La emoción se palpaba desde el minuto 3, cuando todo el estadio coreó el nombre de su capitán. Instantes después, Yeremy Pino inauguró el marcador con un golazo que celebró mostrando una camiseta dedicada a Albiol. Cuatro minutos más tarde, Pape Gueye amplió la ventaja con un potente zurdazo desde la frontal, desatando la locura en las gradas.
El Sevilla, algo desdibujado, logró acortar distancias en el minuto 28 con un cabezazo de Sow tras un buen centro de Suso. Pero el Villarreal no tardó en reaccionar: Álex Baena, con una jugada individual de gran calidad, firmó el 3-1 poco antes del descanso. Su tanto fue coreado por toda la afición, que le pidió a gritos que se quede en el equipo.
Ya en la segunda parte, Gueye firmó su doblete con un gol de delantero puro dentro del área pequeña, aprovechando una brillante asistencia de Thierno Barry. El 4-1 desató la famosa «ola» en La Cerámica, interrumpida solo para ovacionar las salidas de Baena y Yeremy, sustituidos por Gerard Moreno y Nicolas Pepe.
El técnico Marcelino aprovechó el tramo final para dar minutos a jóvenes promesas como Dani Requena —el octavo canterano en debutar esta temporada— y Etta Eyong. Con los cambios, el ritmo bajó, y en el minuto 85, Ramón Martí nez maquilló el marcador con el 4-2 definitivo tras un disparo que besó el poste antes de entrar.
Con el pitido final llegó la celebración total. Jugadores, cuerpo técnico y afición se fundieron en una fiesta que celebraba mucho más que una victoria: una temporada histórica que consolida al Villarreal entre la élite del fútbol español y europeo. Una despedida con récords, emoción y esperanza de futuro.
Marcelino celebra una temporada histórica y mira con ilusión a la Champions
El entrenador del Villarreal CF, Marcelino García Toral, ha comparecido este domingo por última vez ante los medios en la presente temporada, tras la contundente victoria de su equipo frente al Sevilla FC por 4-2. Más allá del análisis del partido, el técnico asturiano ha aprovechado la ocasión para hacer balance de una campaña que calificó como “fantástica”.
“Iniciamos la temporada con ilusión y triunfos y la hemos acabado aún mejor, con una dinámica de seis victorias consecutivas. Estoy muy contento con lo que hemos logrado”, destacó el entrenador groguet visiblemente satisfecho por el rendimiento de su equipo.
El duelo ante el conjunto hispalense sirvió como broche de oro a un curso brillante, en el que el Villarreal ha logrado clasificarse para la próxima edición de la Champions League. Marcelino subrayó la importancia de cerrar con victoria en casa: “Era importante para nosotros dar un buen espectáculo hoy. Tuvimos suerte de empezar bien el partido y ser muy certeros. Hemos marcado cuatro goles y queríamos acabar la temporada ganando”.
El técnico no quiso centrarse en un solo momento de la campaña, sino en el carácter del grupo: “Ha sido una gran temporada. No puedo quedarme con un solo momento. Me viene a la cabeza el partido del FC Barcelona, por sellar el objetivo matemáticamente, pero también los triunfos ante Betis y Girona, por lo que supusieron a nivel anímico. Lo mejor de todo es que el equipo ha sabido afrontar las dificultades”.
Los números acompañan al entusiasmo del entrenador. El Villarreal ha cerrado la temporada como el equipo más goleador de su historia en Primera División, con 71 tantos en 38 jornadas. “Tiene mucho mérito. Es señal de que hemos sido un equipo alegre, dinámico y con grandes jugadores arriba. Ser el segundo equipo de la historia de este club en conseguir tantos puntos también es indicativo de la gran temporada que hemos hecho”, añadió Marcelino, que agradeció a sus futbolistas el “compromiso y la ambición” mostrados a lo largo del año.
De cara al futuro, Marcelino ya piensa en cómo afrontar los nuevos retos: “Tendremos que hacer un buen equipo. Estoy convencido de que lo haremos porque ya lo tenemos. Habrá partidos en fin de semana y entre semana. Debemos hacerlo bien. Buscamos disfrutar de las competiciones y ser mejores de lo que lo hemos sido este año”.
Con ilusión renovada y los deberes hechos, el Villarreal cierra una temporada para el recuerdo, con la mirada puesta ya en Europa.
Villarreal celebra por todo lo alto su regreso a la Champions League
Villarreal vivió una de sus noches más emocionantes y memorables de los últimos años. El Estadio de la Cerámica se convirtió este fin de semana en el epicentro de una auténtica fiesta del fútbol, con el equipo y la afición celebrando a lo grande la clasificación del Submarino Amarillo para la próxima edición de la UEFA Champions League.
Desde mucho antes del pitido inicial, el ambiente era espectacular. Más de 20.000 banderas amarillas ondeaban en las gradas, impulsadas por una afición deseosa de disfrutar y compartir una noche histórica. El empuje se trasladó al campo, donde el Villarreal selló su pase a la máxima competición continental con una contundente victoria por 4-2 frente al Sevilla FC. Los goles de Pape Gueye (por partida doble), Yeremy Pino y Álex Baena desataron la locura en las gradas.
Pero el partido fue solo el comienzo de una celebración que se extendió mucho más allá del pitido final. Tras el encuentro, los jugadores del Villarreal recorrieron el césped, grada por grada, agradeciendo el apoyo incondicional de su afición durante toda la temporada. “¡Som de Champions!”, gritaban al unísono, compartiendo la emoción del logro con su gente.
El presidente Fernando Roig, el técnico Marcelino García Toral y los futbolistas Ayoze y Baena tomaron la palabra en representación del club. Sus discursos, llenos de gratitud y orgullo, marcaron uno de los momentos más emotivos de la noche. Sin embargo, el clímax llegó con el homenaje al capitán y leyenda Raúl Albiol, quien recibió una ovación atronadora antes de dirigir unas sentidas palabras a la hinchada. El número ‘3’ amarillo fue protagonista de un tributo cargado de emoción y cariño.
Cuando las emociones aún vibraban en el ambiente, el inconfundible himno de la Champions League irrumpió en el estadio, acompañado de imágenes que recordaban las hazañas pasadas del Submarino Amarillo en Europa. Fue un instante mágico que hizo soñar de nuevo a la afición con nuevas gestas en el continente.
La fiesta continuó con el ya icónico tema La Morocha, que puso banda sonora a los últimos compases de la temporada. La canción, que se ha convertido en un himno no oficial para los groguets, sonó una vez más, esta vez con un mensaje especial de su autor, el artista Luck Ra.
Como broche de oro, un espectáculo pirotécnico iluminó el cielo de la Cerámica, poniendo el punto final a una noche inolvidable para los seguidores del Villarreal. Una noche en la que fútbol, emoción y orgullo se unieron para celebrar que, una vez más, el Submarino navega rumbo a Europa.