Es inevitable que el cuerpo experimente cambios importantes durante el embarazo, y estos deben vivirse con la máxima naturalidad, aunque tener en cuenta una serie de consejos ayudará a la posterior y óptima recuperación. Es cierto que hay que evitar el uso de productos que contengan retinol, u otros aceites esenciales, pero no por eso se debe dejar de limpiar a fondo la piel a diario. Aplicar una mascarilla contribuirá al cuidado correcto del cutis.
Del mismo modo, la protección solar es fundamental para proteger la piel y evitar manchas, y para ello existen productos inocuos para la madre y para el feto, además de bases de maquillaje con filtros UVA y UVB. También hay que prestarle atención a las estrías y la celulitis. Es mejor prevenir que eliminar después, por tanto es muy importante evitar la retención de líquidos bebiendo mucha agua y también masajeando con crema hidratante. Y claro, mientras sea posible, estar muy activa y que las piernas no paren!!!
El cabello también se altera
Aunque es cierto que en muchos casos el cabello de la mujer embarazada mejora, en otras situaciones sufre exceso de grasa o incluso un cambio de tonalidad. Una vez se da a luz se presenta un nuevo escenario y no es otro que el de la caída.
Es cierto que es temporal, pero si se produce de manera exagerada o se prolonga, conviene acudir al médico. En cualquier caso no abusar de secadores y planchas del pelo, así como mantener una dieta sana, siempre contribuye a lucir un cabello espléndido.