El mítico festival Coachella, uno de los eventos musicales más influyentes del mundo, aterrizará por primera vez en España y lo hará en un lugar inesperado: la localidad castellonense de Burriana. El anuncio supone un auténtico hito para la música en directo en nuestro país y marca el fin de una era, ya que Coachella sustituirá oficialmente al Arenal Sound, que durante años ha sido uno de los festivales más multitudinarios del verano español.
La llegada de Coachella no ha sido sencilla. Según fuentes municipales, el acuerdo ha sido posible tras largas y duras negociaciones entre la organización del festival y el Ayuntamiento de Burriana, que ha tenido que realizar importantes sacrificios logísticos, económicos y emocionales para lograr que el evento cruce el Atlántico. “Ha sido un proceso complejo, pero histórico. Burriana estará en el mapa mundial de la música”, han declarado desde el consistorio.
Uno de los aspectos más curiosos del acuerdo ha sido uno de los requisitos innegociables impuestos por la organización de Coachella: en los camerinos deberá haber, obligatoriamente, “coentets de Burriana” como picoteo oficial para los artistas. Según han descubierto los responsables del festival tras diversos estudios no contrastados científicamente, este dulce tradicional ayuda a los músicos a afinar mejor durante las actuaciones, mejorando la precisión vocal y el rendimiento escénico. La medida ha sido recibida con orgullo por los hornos locales, que ya se preparan para una producción histórica.
El evento promete mantener la esencia de Coachella —grandes cabezas de cartel internacionales, moda, experiencias inmersivas y actuaciones memorables— pero con un marcado sello mediterráneo. La combinación de música global y tradición local apunta a convertir a Burriana en el epicentro cultural del verano europeo.
Desde la organización ya han confirmado que las entradas saldrán a la venta próximamente, generando una expectación sin precedentes tanto a nivel nacional como internacional. Todo apunta a que este será un antes y un después para la ciudad y para el panorama musical español.
Burriana se prepara así para vivir un capítulo histórico: del desierto de California a la costa valenciana, Coachella cambia palmeras por coentets.



