Aunque las fiestas de la Virgen de Gracia todavía no han arrancado, la acequia mayor de Vila -real ya ha comenzado a recibir los primeros objetos lanzados por el público. En esta ocasión, tres sillas de una terraza de un bar han terminado dentro del canal.
Este fenómeno no es nuevo: cada año, durante los días festivos, el Ayuntamiento debe extraer numerosos objetos que acaban en la acequia. Desde carros de supermercado, sillas, sofás e incluso papeleras, los elementos lanzados provocan contaminación del agua, así como gastos en mobiliario urbano y en la recogida de estos objetos.
Además, no son solo los objetos los que terminan en el canal. Personas que, entre la borrachera y la emoción de la fiesta, saltan a la acequia, también se han convertido en un problema habitual, poniendo en riesgo su seguridad y aumentando el trabajo de los servicios municipales.
El consistorio recuerda que estas acciones no solo generan un impacto económico, sino también ambiental, afectando a la calidad del agua y a la seguridad de las instalaciones hidráulicas. Además, los vecinos y comerciantes se ven afectados, ya que la reposición del mobiliario urbano supone un coste adicional.
Con las fiestas de Vila -real a punto de empezar, el Ayuntamiento hace un llamamiento a la responsabilidad de los ciudadanos para que disfruten de las celebraciones sin comprometer el entorno ni los recursos públicos.