La provincia de Castellón vive una paradoja demográfica: mientras los nacimientos caen y los fallecimientos aumentan, la población no deja de crecer, alcanzando en 2025 su máximo histórico con 632.489 habitantes.
Descenso de nacimientos y aumento de defunciones
Según los últimos datos publicados, en lo que va de año se han registrado 1.920 nacimientos, lo que supone un descenso del 3,6% respecto al mismo periodo de 2024. En contraste, las defunciones ascienden a 2.911, un 6,1% más que el año pasado.
Este escenario, que refleja una natalidad estancada y un envejecimiento progresivo de la población, se enmarca en la tendencia general de la Comunitat Valenciana y del conjunto de España.


La inmigración, motor del crecimiento
A pesar de este balance natural negativo, la población provincial sigue aumentando gracias a la llegada de inmigrantes, que explican el 94% del crecimiento demográfico en Castellón.
En los últimos años, la provincia se ha convertido en destino de comunidades extranjeras que se incorporan al mercado laboral, especialmente en los sectores agrícola, turístico y de servicios.
Un reto para el futuro
Expertos en demografía advierten que esta evolución plantea retos importantes:
- Sostenibilidad del sistema sanitario y de pensiones, ante el envejecimiento de la población.
- Necesidad de políticas de conciliación y apoyo a la natalidad, que permitan revertir la caída de nacimientos.
- Integración social y laboral de la inmigración, clave para mantener el dinamismo económico y social de la provincia.
Castellón sigue creciendo en habitantes, pero lo hace a contracorriente de su natalidad. Mientras el número de nacimientos sigue en mínimos históricos, el aumento de la población depende cada vez más de la inmigración. Una realidad que marcará el futuro demográfico, económico y social de la provincia.