La posibilidad de que un partido de LaLiga se juegue en Estados Unidos vuelve a estar sobre la mesa, y esta vez con más probabilidades que nunca. Javier Tebas, presidente de la competición, ha reactivado su plan de exportar el fútbol español a Miami, y el duelo entre Villarreal y FC Barcelona en la jornada 17 de la temporada 2025-26 aparece como el candidato principal. El choque está programado para el fin de semana del 20 al 21 de diciembre, justo antes del parón navideño.
Aunque oficialmente no hay confirmación, las declaraciones del propio Tebas apuntan a un escenario cada vez más probable. “Siempre hemos querido llevar un partido oficial a Estados Unidos, y Miami es el lugar más viable”, aseguró el mandatario en una entrevista reciente a ESPN. El nombre del Barça, por su peso internacional, es clave para esta operación. El Villarreal, por ahora, parece el acompañante elegido.
Una vieja aspiración de Tebas que resurge con fuerza
El deseo de Tebas por llevar partidos de liga fuera de España no es nuevo. Ya lo intentó en 2019 con un Girona–Barcelona, y años más tarde con la posibilidad de un Barcelona–Atlético. En ambas ocasiones, el proyecto quedó en papel mojado por la oposición de la Federación Española de Fútbol, además del rechazo de varios clubes, especialmente el Real Madrid.
Pero la situación actual ha cambiado. Las tensiones entre LaLiga y la RFEF han modificado el tablero político del fútbol español, y con el Real Madrid distanciado de LaLiga, las opciones parecen haberse reducido a otros actores. El FC Barcelona, por su parte, muestra disposición a participar en una cita que le permitiría potenciar su imagen en el mercado norteamericano, donde ya ha jugado amistosos en el pasado en el mismo estadio propuesto: el Hard Rock Stadium de Miami.
Un experimento que puede dejar al aficionado del Villarreal en tierra
La parte más controvertida de esta operación no está en el césped, sino en la grada. Los seguidores del Villarreal serían los grandes perjudicados si el encuentro se traslada a Estados Unidos.
Ver a su equipo recibir al Barça en el Estadio de la Cerámica es, para muchos aficionados amarillos, una cita marcada en el calendario. Transformarla en un evento exclusivo al otro lado del Atlántico, prácticamente inaccesible para la mayoría, supondría un agravio evidente y un vacío emocional para la afición grogueta que no se llenará con audiencias millonarias en televisión.
Tampoco la afición culé vería la decisión con buenos ojos. El desplazamiento a Vila -real es uno de los más cómodos del calendario.
Ajustes de calendario y decisiones polémicas
Más allá del golpe para la afición, hay cuestiones logísticas de peso que se transforman en inconvenientes. La Copa del Rey tiene programados los dieciseisavos de final justo la semana previa, entre el 16 y el 18 de diciembre, con la participación asegurada de todos los equipos de Primera División. Para facilitar el desplazamiento a Miami, habría que modificar el calendario y conceder un margen de descanso y adaptación tanto al Villarreal como al Barcelona.
LaLiga confía en poder sortear estos obstáculos, aunque aún no hay luz verde por parte de la Federación. La presión institucional y la expectativa comercial que rodea al proyecto podrían acelerar decisiones que afectarán a más de un club.
Tebas se desmarca de las filtraciones
A pesar de las informaciones que señalan directamente al Villarreal–Barça como el partido elegido, Tebas ha querido rebajar las expectativas. En un acto celebrado en Londres, donde firmó un acuerdo con Arabia Saudí sobre derechos televisivos, aseguró que “todavía no hay partido cerrado” y evitó confirmar las filtraciones del presidente de CENAFE (Centro Nacional de Formación de Entrenadores), Miguel Galán, quien dio por hecho que ese sería el encuentro en Miami.
“Llevamos tiempo trabajando en esto, y si se produce, Miami es la opción más viable. Pero no quiero entrar en declaraciones de terceros”, añadió Tebas con tono evasivo.
Una liga cada vez más global, pero menos cercana
La internacionalización del fútbol es ya una realidad, pero decisiones como esta plantean una pregunta de fondo: ¿hasta qué punto es legítimo anteponer los intereses comerciales a los vínculos locales de los clubes? En una ciudad como Vila -real, donde el club representa una clara y evidente seña de identidad y orgullo, la posibilidad de perder uno de los partidos más esperados de la temporada resulta especialmente dolorosa.
Mientras la maquinaria mediática prepara el desembarco de LaLiga en Miami, muchos seguidores del fútbol español observan con preocupación un proceso en el que el aficionado tradicional parece haber pasado a un segundo plano. Para ellos, el fútbol no se trata solo de espectáculo global, sino de pertenencia, comunión y también de estar allí cuando tu equipo juega en casa.