El equipo de expertos económicos de la Universitat Jaume I (UJI) responsable de la auditoría sobre el festival Arenal Sound ha presentado los resultados del estudio a los vecinos del municipio. En la reunión, se han desglosado los detalles sobre la repercusión económica, reputacional y medioambiental del festival que se celebra todos los veranos en la capital de la Plana Baixa.
El estudio, que abarcó un análisis detallado antes, durante y después de la celebración del festival, reveló un impacto económico directo significativo. Se cuantificaron 621.028 euros de impacto directo en Burriana y 1.405.572 euros en el resto de la provincia de Castellón. A estas cifras se suma una repercusión económica indirecta, estimada en 7.272.528 euros, proveniente de los gastos de los asistentes al festival. De este monto, 7.133.574 euros se invirtieron directamente en la localidad, distribuyéndose principalmente en supermercados (4.010.212 euros) y restauración (2.480.792 euros). A nivel autonómico, el impacto económico total en la Comunitat Valenciana alcanzó los 12.005.857 euros, generando además 286 empleos en la región.
El informe de la UJI destaca que el festival actúa como un imán para miles de visitantes que, de otra forma, no habrían conocido Burriana. La mayoría de estos nuevos visitantes recomendaría la ciudad como destino turístico, lo que sugiere una mejora en la percepción general del municipio. No obstante, el estudio también señala una interacción directa limitada con la ciudad por parte de los asistentes, quienes en su mayoría centran su estancia en el recinto del festival sin explorar a fondo la localidad.
En cuanto al impacto medioambiental, el festival presenta un impacto moderado en el entorno urbano y litoral de Burriana. La auditoría reconoce los esfuerzos proactivos de la organización para mitigar este impacto, destacando medidas como el uso de vasos reutilizables, la reducción de papel, el fomento del carpooling y la implementación de energías renovables. A pesar de estos avances, la UJI subraya la necesidad de seguir mejorando en otros aspectos, como la gestión de aguas residuales y la reducción del impacto de la construcción de infraestructuras temporales. El estudio concluye que es fundamental optimizar las medidas existentes y buscar nuevas soluciones para minimizar el impacto ambiental de eventos de esta magnitud.
Los expertos de la Universitat Jaume I respondieron a las inquietudes de los asistentes, abordando las complejidades que implica acoger a 50.000 personas diarias durante la primera semana de agosto en una localidad con una población sensiblemente inferior de 40.000 habitantes.