Almassora vivió ayer una de sus jornadas más emotivas y arraigadas con la celebración de la romería de bajada de Santa Quitèria, patrona del municipio. Con el pañuelo al cuello, símbolo de devoción y orgullo local, miles de almassorins partieron desde primera hora de la mañana rumbo a la ermita, donde acompañaron con fervor a la patrona en su regreso al pueblo.
La comitiva estuvo presidida por la Reina de las Fiestas, Sara Benet, junto a su Corte de Honor —Lidia Martí nez, Carla Sánchez y Juani Hernández —, así como por la alcaldesa de Almassora, María Tormo, quien quiso estar presente en este acto tan simbólico para la ciudadanía.



La ermita, llena a rebosar, fue el escenario de la danza tradicional. El repicar de la campana de la ermita marcó el inicio del trayecto, cargado de emoción, música y tradición.
Durante todo el recorrido, la música de la Colla Les Goles, con sus característicos sonidos de dolçaina y tabal, puso banda sonora a una jornada que une generaciones y nos recuerda las raíces culturales del pueblo. Uno de los momentos más destacados fue la degustación del arroz monumental, que dio energía a los participantes en un ambiente de convivencia y fiesta.



Tampoco faltó el esperado desfile de carromatos, que aportó colorido y alegría al día, convirtiendo la romería en una experiencia única que refleja el espíritu colectivo de Almassora y su compromiso con las tradiciones.