La Audiencia Provincial de Castellón ha impuesto una pena de diez años y tres meses de cárcel a un hombre que, según quedó acreditado durante el proceso, irrumpió en la vivienda de su expareja en Segorbe y la roció con gasolina antes de prender fuego al lugar y a la propia víctima. La mujer resultó con quemaduras de segundo grado y, a día de hoy, continúa padeciendo secuelas psicológicas derivadas del episodio.
El fallo de la Sección Segunda considera al acusado responsable de tentativa de asesinato, incendio y varios delitos vinculados a la violencia de género, entre ellos amenazas, coacciones y allanamiento de morada. El tribunal tiene en cuenta la agravante de género y la atenuante de reparación del daño.
Además de la condena de prisión, el hombre deberá afrontar diversas indemnizaciones: 10.000 euros para la víctima por los daños físicos y emocionales; más de 43.000 euros para la compañía aseguradora por los destrozos ocasionados en la vivienda; 6.800 euros al propietario del inmueble y 576 euros al Consorcio Provincial de Bomberos por los trabajos de extinción.
La sentencia se dictó tras alcanzarse un acuerdo entre Fiscalía, acusaciones y defensa, en el que el procesado admitió los hechos y aceptó la pena propuesta. También se establece una orden de alejamiento que le impedirá acercarse a la víctima o comunicarse con ella por cualquier medio durante trece años, periodo que comenzará a computarse una vez cumplida la pena de prisión.
Una agresión planificada
Los hechos ocurrieron el 4 de diciembre de 2022. Según la resolución judicial, el hombre envió ese día varios mensajes a su expareja cargados de insultos y amenazas. Poco después, aprovechó que la puerta de la vivienda no cerraba correctamente para entrar sin autorización. La mujer estaba en el salón cuando él apareció con un bidón de gasolina y un cigarrillo encendido, tras arrebatarle el teléfono para impedirle pedir auxilio.
Durante el forcejeo, la víctima consiguió deshacerse del cigarro y el mechero que él portaba, pero el agresor acudió a la cocina para hacerse con otro encendedor, abrió el recipiente con combustible y lo vertió sobre el sofá y sobre ella. Acto seguido prendió fuego, provocando que las llamas se extendieran rápidamente por la estancia y alcanzaran a la mujer.
La víctima logró salir al jardín y sofocar las llamas con una manguera, pero sufrió quemaduras en casi un 10% de su cuerpo y un fuerte impacto psicológico. Los daños materiales en la vivienda obligaron a una reparación completa del mobiliario y de parte de la estructura.
La sentencia, que ya es firme, cierra un caso que vuelve a poner el foco en la violencia de género y sus devastadoras consecuencias.
