El CD Castellón vivió anoche una de las noches más aciagas de su historia reciente. Un solo gol de Juan Serrano bastó para que el Club Atlético Antoniano, un equipo de Segunda RFEF, eliminara a los castellonenses en la primera ronda de la Copa del Rey, dejando una sensación de tristeza absoluta en todos los niveles del club.
Ni el nivel de categoría ni la experiencia de los jugadores del Castellón se tradujeron en control sobre el partido. El equipo visitante mostró un juego lento, impreciso y sin ideas claras, mientras su rival aprovechaba cada balón dividido y cada mínima ocasión. La falta de contundencia en ataque y los errores defensivos dejaron al equipo valenciano expuesto hasta el último minuto.
Cuando llegó el tanto de Serrano , en el minuto 82, el golpe fue definitivo. Lo que debía ser un mero trámite se convirtió en un batacazo histórico. Para la afición y la institución la derrota duele, no solo por la eliminación, sino por cómo se produjo, frente a un rival teóricamente inferior.
Ahora, el Castellón se enfrenta a la tarea de digerir esta eliminación y reaccionar en la liga, intentando limpiar la mancha de una noche que se acabó convirtiendo en un fracaso monumental. En Lebrija se celebra la gesta de un equipo humilde, mientras en Castellón quedan los ecos de la impotencia, la frustración y la reflexión urgente sobre la fragilidad mostrada por el equipo.

 
             
         
         
         
         
         
             
                                