Cáritas Diocesana de Segorbe-Castellón atendió durante 2024 a 1.169 personas en grave riesgo de exclusión residencial, una cifra que refleja la persistencia y el crecimiento del problema del “sinhogarismo” en la provincia. De ellas, 582 no disponían de un lugar donde vivir, representando la expresión más extrema de esta situación, mientras que otras 587 sobrevivían en infraviviendas o viviendas compartidas, la cara menos visible, pero igualmente precaria, de la falta de hogar.
Con motivo del Día de las Personas sin Hogar, que se celebra este domingo 26 de octubre, Cáritas lanza la campaña “Sin hogar, pero con sueños”, una iniciativa que busca dar voz a los deseos y aspiraciones de quienes viven sin una vivienda digna. En Castellón y Vila -real, la organización instalará pequeñas casitas de cartón elaboradas por personas acogidas en el Centro de Atención Temporal Mare de Déu del Lledó y en la Casa de Acogida San Pascual “El Pati”, para llamar la atención sobre una realidad que se extiende más allá de las calles.
“Queremos visibilizar los sueños silenciados de quienes cada día se enfrentan a múltiples barreras y recordar que el derecho a una vivienda adecuada es un derecho humano básico”, señala Minerva Saura, responsable del Área de Inclusión de Cáritas Diocesana.
Estas casitas se colocarán en puntos estratégicos y parroquias de Castellón y Vila -real e invitarán a los ciudadanos a escribir sus propios sueños como gesto simbólico de solidaridad. La entidad recuerda que el “sinhogarismo” no se limita a quienes duermen en la calle, sino que incluye a quienes viven en alojamientos temporales, en infraviviendas o bajo cesiones precarias. Según la Tipología Europea de Sin Hogar y Exclusión Residencial, se distinguen cuatro categorías: personas sin techo, sin vivienda, con vivienda insegura o con vivienda inadecuada.
La campaña también ha dado voz a personas acompañadas por Cáritas, como Narli, una joven acogida en el albergue de Castellón, que sueña con tener una casa donde refugiarse, estar cerca de su familia y poder continuar sus estudios.
Desde la entidad, María Santos, responsable de la campaña nacional de personas sin hogar de Cáritas Española, advierte que “de forma alarmante, Cáritas es testigo de cómo sigue en aumento la vulnerabilidad de muchas personas y familias que no pueden acceder a una vivienda digna y adecuada”. Por ello, hace un llamamiento a las administraciones públicas y a la sociedad en su conjunto para que asuman su responsabilidad y actúen frente a esta realidad.
Los datos del IX Informe FOESSA, que se presentará a principios de noviembre, confirman esta tendencia: tres millones de personas en España (6,3%) viven en viviendas precarias —cedidas, realquiladas, ocupadas o bajo amenaza de desahucio— y 3,4 millones (7%) sufren hacinamiento.
En un contexto de desigualdad creciente, Cáritas insiste en que nadie debería vivir sin un hogar, porque, como recuerda el lema de la campaña, “sin hogar, pero con sueños”, todavía queda esperanza si la sociedad decide mirar de frente esta realidad.


