Frente a la costa de Castellón, a 80 metros de profundidad y a 40 millas de tierra firme, descansa uno de los grandes testigos sumergidos de la Guerra Civil española: el petrolero inglés Woodford. Hundido en 1937 tras ser torpedeado por un submarino italiano, este buque ha vuelto a ser noticia gracias a una nueva operación de inspección llevada a cabo por Salvamento Marítimo, que ha confirmado su estabilidad y el buen estado de los sistemas de contención del combustible que aún permanece en su interior.
Una operación clave para evitar fugas de fuel
El operativo, desarrollado el pasado mes de junio por el equipo de Operaciones Especiales de Salvamento Marítimo, tenía un objetivo claro: verificar el estado del pecio tras más de una década de la histórica intervención de 2012, cuando se extrajeron 450 metros cúbicos de hidrocarburo del interior del buque. Aquella fue una operación sin precedentes que ahora ha dado origen a un documental que se estrenará próximamente en Castellón.
Según explica Rafael Bautista, jefe de servicio de Operaciones Especiales y Lucha contra la Contaminación, “el objetivo de esta reciente operación era comprobar el estado del pecio más de una década después de nuestra primera intervención”. Y las noticias no podrían ser mejores: no se detectaron fugas activas de combustible. De haber pérdidas, son mínimas y residuales.
Cuatro fases de trabajo con tecnología punta
El operativo de junio se desarrolló en cuatro fases utilizando un vehículo submarino de control remoto (ROV) y el buque especializado Clara Campoamor, de 80 metros de eslora. El equipo técnico llevó a cabo una exhaustiva revisión del pecio, comenzando por una inspección de seguridad para descartar redes o cables enredados que pudieran dificultar las maniobras.
En las siguientes fases, se revisaron cubiertas, hélice, timón y las bridas ciegas instaladas durante la operación de 2012. A pesar de la densa vegetación marina acumulada sobre el casco, los técnicos localizaron estas bridas intactas, sin señales de fuga. También se inspeccionaron los tanques de carga del fuel en el costado de babor, confirmando que no había pérdidas visibles.
El jefe de área de Salvamento Marítimo, Juan Ferrer , asegura que “no conseguimos localizar ninguna fuga, lo que es una buena señal, y nos hace suponer que las pérdidas que pueda tener el pecio son residuales, de los restos que puedan quedar entre los refuerzos de los tanques”.
Un buque hundido por la guerra y rescatado por la ciencia
El Woodford fue torpedeado el 1 de septiembre de 1937 por el submarino italiano Diaspro durante la Guerra Civil española. Tenía 130 metros de eslora y transportaba fuel cuando recibió dos impactos por estribor en la sección media del casco. El petrolero se hundió a unas 15 millas al norte de las islas Columbretes y permaneció en el fondo del mar durante más de 70 años, hasta que en 2009 los pescadores alertaron del olor a petróleo en la zona. Así nació la llamada «Operación Woodford», un complejo plan de salvamento liderado por el Estado para eliminar un riesgo ambiental latente.
Desde entonces, Salvamento Marítimo, dependiente del Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible, ha mantenido un seguimiento continuo del pecio. Esta última inspección confirma la eficacia de la intervención de 2012 y aleja, por ahora, el fantasma de una nueva contaminación.
Un documental que narra la operación más compleja de Salvamento Marítimo
El interés histórico, técnico y medioambiental de este caso ha sido tal que Salvamento Marítimo ha impulsado un documental sobre el Woodford, que se presentará en Castellón próximamente. La cinta mostrará cómo se desarrolló la intervención pionera de 2012, en la que buzos expertos utilizaron técnicas de saturación para extraer combustible a gran profundidad.