Tras una carrera de más de mil partidos y pasos por clubes como el Liverpool, Bayern o Nápoles, Pepe Reina ha comenzado una nueva etapa como entrenador al frente del Juvenil A del Villarreal. Su regreso a la casa amarilla, esta vez desde el área técnica, se ha producido con ilusión renovada y un fuerte sentimiento de pertenencia.
El exguardameta reconoce sentirse completamente en casa, agradecido por la oportunidad de comenzar su carrera como técnico en un club que conoce tan bien. Destaca la confianza que le ha mostrado la entidad y el excelente equipo humano que lo acompaña en el cuerpo técnico. Reina está especialmente impresionado con la actitud de sus jugadores, asegurando que el grupo le ha dejado “boquiabierto” por su energía, respeto y compromiso desde el primer entrenamiento.
Su retirada no fue una decisión difícil. Según explica, ya a mediados de la temporada pasada sentía un cierto desgaste mental y decidió dar un paso al costado. Poco después, recibió la llamada del club para explorar esta nueva etapa como entrenador. No dudó en mostrarse “muy agradecido”.
Recuerda con humor y emoción cómo vivió sus últimos momentos como futbolista profesional, contando que en el vestuario se hacían bromas sobre cada “última vez”: el último viaje, la última concentración. Aunque el partido de despedida no fue como habría deseado, se mostró “contento, feliz, orgulloso, y sobre todo muy agradecido a lo que ha sido una carrera muy bonita”.
En cuanto a su estilo como entrenador, Reina quiere aplicar los mismos principios que lo guiaron como jugador: honestidad, lealtad y justicia. Sabe que no todos percibirán sus decisiones de la misma manera, pero su objetivo es crear un vestuario competitivo, sano y exigente, donde reine la cultura del esfuerzo. “Voy a intentar ser una persona honesta, leal y justa en la medida en que los jugadores lo entiendan”, afirma.
A nivel táctico, Reina tiene clara su idea: “Queremos ser protagonistas, atrevidos y valientes”. Aspira a que su equipo refleje la filosofía del Villarreal, apostando por el buen trato al balón, el orden y la ambición desde el fútbol de calidad.
A la hora de hablar de influencias, reconoce que su propuesta futbolística se asemejará a la de Mauricio Sarri, por ciertos aspectos tácticos, mientras que a nivel humano se sintió muy marcado por Gennaro Gattuso, alguien que, según él, supo conectar con todos los jugadores, incluso con los que menos minutos tenían. “Eso es importante cuidarlo”, subraya. Además, asegura que ha aprendido de todos los entrenadores que ha tenido —incluso de sus errores— y espera no repetir aquello que como jugador no le gustaba vivir. “De todos intentaré sacar cosas en determinados momentos”, apunta.
El vestuario que se ha encontrado le ha sorprendido gratamente: un grupo humilde, trabajador y con muchas ganas de aprender. Valora especialmente el respeto con el que tanto él como su staff han sido recibidos. “Creo que es un grupo muy generoso y con esos hay que ir al fin del mundo”, destaca. Para Reina, la gestión del vestuario es clave, y no duda en hablar tanto de forma colectiva como individual con sus jugadores para que todos se sientan parte del proyecto, cuidados y a la vez exigidos. “Me gusta cuidar mucho la persona, el jugador”, añade.
De la temporada espera que sea “muy bonita”, recordando a sus futbolistas que esta categoría es la antesala del fútbol profesional. Además, valora muy positivamente la oportunidad de disputar la UEFA Youth League, una competición exigente y prestigiosa en la que espera que el equipo “vuelva a ser competitivo y a dar que hablar”.
En cuanto a sus objetivos, lo tiene claro: el desarrollo individual de los jugadores es lo primordial. “El objetivo del club es cuidar de su activo más importante, que son los jugadores”, remarca. Su meta es formar futbolistas maduros y preparados para dar el salto al profesionalismo, sin perder de vista la ambición colectiva de competir en todos los frentes.
Su vuelta a la Ciudad Deportiva ha sido especial. Aunque reconoce que para los trabajadores del club, como el personal de cocina o los utileros, ha sido incluso más impactante que para él. El cariño con el que lo han recibido ha facilitado que su adaptación haya sido “cuestión de media hora”.
En el plano familiar, también ha sido un regreso feliz. Su esposa está encantada de volver a Vila -real, su “poblet”, y sus hijos han podido integrarse en la cantera del club. Confiesa que, más allá del fútbol, la familia ya tenía decidido instalarse nuevamente en la localidad. “Muy felices. La verdad es que sí”, dice con una sonrisa.
Aunque cuenta con Marc Ramírez como preparador específico de porteros, a quien considera “uno de los mejores que he tenido”, Reina no esconde que, de vez en cuando, echará un ojo a la portería. “Me va a salir natural. Es la posición que mejor conozco y será normal”, admite.
En cuanto al futuro, se ve en los banquillos a largo plazo. Considera que estos primeros pasos deben ser sólidos, pero su determinación es total: “Soy cabezota, creo que, bueno, estoy convencido de poder hacerlo”. Sabe que tiene mucho por aprender y mejorar, pero se siente motivado y bien rodeado por un staff que le está facilitando la transición de forma excepcional. “Me ha tocado la lotería”, concluye.