En Montán, con 421 residentes permanentes y 2.500 vecinos en verano, la tradicional panadería ha cerrado tras 46 años, dejando al municipio sin horno ni punto de venta de pan. Esta situación, que afecta a muchos pueblos de la provincia por la falta de relevo generacional y la competencia de grandes supermercados, se agrava en localidades rurales donde el cierre de un servicio básico golpea el día a día.
Para no dejar a los vecinos sin pan, especialmente en verano cuando la población crece, el alcalde, Sergio Fornas, ha decidido vender pan en la única tienda del pueblo, que él y su esposa ya gestionan desde 2023, cuando también decidió emprender una acción similar para evitar que el comercio local desapareciera por completo. Ahora el pan llegará desde Albentosa (Teruel) mientras buscan a alguien que retome el oficio en Montán.
Fornas hace una llamada a emprendedores para reabrir un horno o despacho de pan, ofreciendo facilidades para mantener vivos los servicios esenciales que sostienen la vida rural y combaten la despoblación.