El Ayuntamiento de la Vall d’Uixó ha recepcionado esta semana las obras de la segunda fase del Camí de l’Aigua, un proyecto de transformación urbana que ha rehabilitado más de 2.000 m² en el barrio del Roser, la Cova Santa y su entorno. La actuación, financiada por los fondos europeos Next Generation EU a través del Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible, ha supuesto una inversión global de 1,4 millones de euros entre las dos fases.
Con esta intervención se ha creado una zona de bajas emisiones con el objetivo de fomentar la movilidad sostenible y lograr una mayor fluidez del tráfico. Además, se ha instalado una plataforma única que mejora la accesibilidad de las calles y que ha permitido renovar la red de agua potable y alcantarillado. También se ha duplicado la capacidad de recogida de aguas pluviales para prevenir fugas y humedades, además de incorporar zonas verdes, jardineras, arbolado, bancos y papeleras en varias calles del barrio.
La alcaldesa, Tania Baños, ha destacado que “este proyecto es una muestra del compromiso con una ciudad más sostenible y pensada para las personas. Gracias a la colaboración entre instituciones y a la implicación de los vecinos y vecinas, transformamos barrios que viven mucho en la calle, como el Roser, para hacerlos más verdes, accesibles y amables. Sabemos que las obras han generado molestias, pero el resultado demuestra que ha valido la pena”.
Para celebrar el final de los trabajos, el jueves 19 de junio a las 19.00 horas se ha organizado un taller infantil de fanalets en el centro social del Roser, seguido de un paseo por el recorrido del Camí de l’Aigua amenizado por dolçaina, tabal y un guía turístico.
La primera fase del proyecto se llevó a cabo el año pasado, en las calles Regimiento Tetuán y Benissahat y en la plaza Mare de Déu dels Desemparats, y conectando la plaza del Centro con la de l’Assumpció.