L’Alcora ya forma parte de la Red de Sellado del Salvoconducto del Camino del Cid, una iniciativa cultural y turística que recorre más de 2.000 kilómetros por tierras de interior siguiendo las huellas de Rodrigo Díaz de Vivar, el legendario Cid Campeador. Con esta incorporación, la capital de l’Alcalatén se suma a un itinerario que une historia, patrimonio y naturaleza, y que atraviesa España de noroeste a sudeste.
El municipio castellonense aporta a la ruta un legado de gran valor histórico, artístico y paisajístico. El castillo de l’Alcalatén, sus numerosas ermitas, el entorno natural que la rodea y, especialmente, su identidad ceramista, consolidan a l’Alcora como una parada obligada para quienes recorren este camino. A todo ello se suma uno de sus eventos más emblemáticos, la Rompida de la Hora, declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco.
El concejal de Cultura, Patrimonio y Turismo, Carlos Esteban, ha celebrado esta adhesión como “un paso importante en la difusión del patrimonio local”. Según ha explicado, el objetivo es acercar la historia, la cerámica y las tradiciones de l’Alcora a las personas viajeras que se adentran en esta ruta cultural. “Hemos querido que el sello represente una de nuestras señas de identidad más características”, ha apuntado.
Un sello con identidad alcorina
El sello del Camino del Cid en l’Alcora no podía tener otro protagonista: representa un plato de loza esmaltada policromada, conservado en el Museo de Cerámica. El diseño rinde homenaje a la histórica Real Fábrica de Loza y Porcelana del Conde de Aranda, fundada en 1727 y considerada el germen de la tradición ceramista de la localidad.
Quienes quieran estampar este emblema en su salvoconducto pueden hacerlo en dos puntos: en la Real Fábrica (Nau dels Forns) o en la Tourist Info – Museo de Cerámica.
El salvoconducto: un pasaporte cultural
El Salvoconducto del Camino del Cid es una credencial que los viajeros van sellando en cada uno de los municipios que atraviesan. Inspirado en los documentos medievales que garantizaban el paso seguro de personas y mercancías, este “pasaporte cultural” tiene un doble valor: como recuerdo personal del viaje y como herramienta para descubrir la historia local de cada enclave.
Cada sello está diseñado por el artista Julián de Velasco y representa un hecho histórico, leyenda o elemento patrimonial propio de la localidad. Además de su dimensión simbólica, el salvoconducto ofrece ventajas prácticas: descuentos en alojamientos, promociones puntuales y regalos como pulseras, chapas o camisetas. Quienes logren reunir al menos cuatro sellos por cada una de las ocho provincias del Camino recibirán de forma gratuita el Documento Acreditativo del Camino del Cid.
Una ruta viva, entre historia y naturaleza
Más que un simple itinerario, el Camino del Cid es una ruta viva, profundamente vinculada al mundo rural y a la memoria histórica de los territorios que atraviesa. Su columna vertebral es el Cantar de mío Cid, el gran poema épico medieval hispánico que narra las gestas del Campeador. A partir de los lugares mencionados en el texto y de otros vinculados a la figura histórica del Cid, se ha construido una ruta que combina literatura, paisaje, patrimonio y cultura popular.
Con más de 1.400 kilómetros de senderos y 2.000 kilómetros por carretera, el recorrido está dividido en rutas tematizadas de entre 50 y 300 kilómetros, lo que permite adaptar la experiencia al tiempo y al interés de cada viajero.
Para facilitar el trayecto, se recomienda descargar la App de Viaje del Camino del Cid, gratuita, sin necesidad de registro y operativa incluso sin cobertura. Esta herramienta permite localizar los puntos de sellado, conocer el significado de cada emblema y acceder a descuentos en establecimientos colaboradores.