La Generalitat advierte de «defectos muy graves» en su última inspección, fruto, según el Ayuntamiento, de los actos vandálicos contra la estructura
La enésima avería, en esta ocasión debido a nuevos actos vandálicos, ha vuelto a dejar fuera de servicio los ascensores exteriores de la pasarela del tren de Vila -real, una situación que se repite con demasiada frecuencia y que afecta de manera especial a las personas con movilidad reducida. El Ayuntamiento de Vila -real ha informado esta semana de esta avería y la atribuye directamente al vandalismo que sufre la instalación, que ha dejado fuera de servicio el elevador «por razones de seguridad». De hecho, la Generalitat ha colocado un adhesivo a las puertas del ascensor que advierte de que la estructura presenta «defectos muy graves». Por este motivo, la inspección, practicada el 2 de junio, tiene el resultado de desfavorable.
Pintadas, daños en la estructura y comportamientos incívicos como hacer necesidades fisiológicas dentro de los elevadores agravan el problema. La idea del consistorio ahora es la de instalar cámaras de videovigilancia para frenar el vandalismo, para lo que aseguran que ya hay conversaciones abiertas con el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif). “Somos conscientes de la importancia vital de estos ascensores para muchas personas que viven o trabajan al otro lado de las vías. Por eso, estamos trabajando para reparar los daños y restablecer el servicio lo antes posible”, ha explicado la vicealcaldesa y concejala de Servicios Públicos, Maria Fajardo, quien ha hecho un llamamiento al «civismo» y el respeto por la infraestructura.
La pasarela elevada arrastra problemas desde su construcción, en 2012, en particular por su impacto paisajístico y los obstáculos a la accesibilidad que supone, incluso cuando los ascensores funcionan. El Ayuntamiento de Vila -real ha trasladado en reiteradas ocasiones al Ministerio de Transportes y a ADIF la necesidad de eliminarla y sustituirla por una infraestructura digna. Fruto de estas gestiones, ya existe sobre la mesa un anteproyecto para la integración ferroviaria que contempla la construcción de un paso inferior de unos 15 metros de ancho, con una inversión cercana a los 30 millones de euros. El proyecto incluye también otras actuaciones para mejorar la conectividad y la movilidad peatonal en diferentes puntos de la ciudad.
Pero, mientras la solución definitiva no llega, la realidad sigue siendo la misma: los ascensores no funcionan. Otra vez.