La educación en la provincia de Castellón vive hoy una jornada clave. A pocos días de que comiencen las Pruebas de Acceso a la Universidad (PAU), la comunidad educativa celebra un dato simbólico: por primera vez desde el estallido de la pandemia, el número de estudiantes inscritos ha vuelto a niveles previos al COVID-19, superando los 2.800 alumnos. El examen de la PAU en Castellón se realizarán los días 3, 4 y 5 de junio.
Este regreso a la normalidad no es solo una cifra: es un reflejo de la resiliencia del sistema educativo, de los centros escolares y de un alumnado que ha enfrentado años de incertidumbre, clases híbridas, mascarillas y distancia social. La PAU 2025 representa, en cierto modo, un cierre de ciclo.
Un repunte esperanzador
Desde la Universitat Jaume I y otras instituciones académicas de la Comunitat Valenciana, se ha valorado muy positivamente el repunte en la participación. Durante los años más duros de la pandemia (2020–2022), muchos estudiantes se vieron afectados por problemas emocionales, falta de recursos digitales o situaciones familiares difíciles, lo que repercutió en sus trayectorias educativas.
«Estamos viendo a una generación que ha aprendido a adaptarse, a gestionar la presión y a mantener sus objetivos a pesar de las adversidades», comenta un orientador del IES Bovalar de Castelló. “Este año hay más confianza, más estabilidad emocional en el alumnado”.
Medidas de apoyo y refuerzo
El aumento de inscritos también responde a las mejoras implantadas en los centros. En los últimos dos cursos, muchos institutos han reforzado sus programas de refuerzo académico, orientación psicológica y tutorías personalizadas. Estas medidas han sido clave para reducir el abandono escolar y animar a los jóvenes a continuar su formación.
Además, la Generalitat Valenciana ha mantenido programas de becas y ayudas al transporte y material escolar, especialmente importantes en zonas rurales de la provincia como el Alto Mijares o Els Ports, donde los desplazamientos suponen una barrera añadida.
La PAU, más accesible pero también exigente
Aunque las pruebas han mantenido cierta flexibilidad en los modelos de examen desde 2020, la edición de 2025 se espera más ajustada a los estándares anteriores a la pandemia, con un formato que recupera parte de la exigencia previa pero sin dejar de lado la diversidad de contenidos y la equidad.
«El objetivo es que todo el alumnado se sienta evaluado con justicia, independientemente de su contexto», aseguran desde la Conselleria d’Educació.
El futuro se escribe en presente
La vuelta a cifras pre-COVID no solo es un hito estadístico: simboliza un renacer educativo. Los más de 2.800 estudiantes que se presentarán a la PAU en Castellón no solo se juegan una plaza universitaria; representan a una generación que ha madurado antes de tiempo, que ha vivido una crisis global en plena adolescencia, y que ahora mira al futuro con más determinación que nunca