Siendo muy joven leí “Sinue el Egipcio” de Mika Waltari. Me impresionó y encantó. Fue mi primer contacto con el Egipto de los faraones. Después en mis años de Facultad (adulta y con hijos), pude constatar que aquella novela reunía verdades muy documentadas de una sociedad y cultura tan avanzada que parecía imposible.
Hablamos de una civilización que se desarrolló en las márgenes del poderoso río Nilo, con un recorrido de 6.700 km. Es el único en el mundo que fluye hacia el norte, atravesando todo el continente africano desde el lago Victoria (Tanzania) hasta su Delta mediterráneo.
La vida en estas épocas se desarrollaba y dependía de él. Sus crecidas, sus aguas llenas de residuos nutrientes, inundaban las tierras de sus laderas proporcionando una rica y variada agricultura, productora de cereales, frutas vegetales, lino… haciendo que la vida “floreciera”, así como las aldeas y urbes importantes.
Pero sus templos funerarios “las pirámides” se escapan a mi imaginación y comprensión. Su construcción, obras de arquitectura e ingeniería, para nuestro siglo XXI de gran envergadura. Imaginad, si podéis, 2.600 años A.C. (hace pues, 5.000 años), y que han pervivido casi intactas, gracias a estar sepultadas bajo las arenas del desierto, siglos y siglos, y que eminentes arqueólogos e historiadores a través de los escritos del griego Heródoto, supieron de esta civilización que existió en el Alto y Bajo Egipto, y llegar hasta ellas.
La primavera que pude realizar este viaje tan soñado, no creí que me impactara tanto, ya que la realidad, con su contemplación “in situ”, supera lo imaginado, te sumerge en la reflexión de cómo pudo ser: la pirámide de Keops, 146 metros de altura el exterior, pero en su interior es un laberinto perfecto de pasadizos secretos, falsa salas, paredes bloqueantes que se cerraban desde su interior, por los fieles sirvientes vivos, haciéndolas inexpugnables, para que nadie pudiera profanarlas, ni robar los tesoros de su señor en su viaje a la otra vida.
La escritura jeroglífica, en paredes o papel vegetal en forma de papiro, relatan los hechos y sus vidas. La ciencia de la momificación, muestra como conocían medios y medicina para practicarla, etc. Increíble.






El viaje
En la actualidad este país vive esencialmente del turismo, los guías y su población lo saben, y el turista es su objetivo.
- Os recomiendo que lo contratéis con una buena agencia de viajes, porque es imposible controlarles viajando de forma individual.
- El vuelo: de Madrid a El Cairo, calculad aproximadamente 5 horas
- El hotel: os recomiendo el que estuve yo alojada “The Mena House Oberoi”. El mejor dinero gastado. Se encuentra a las afueras de El Cairo, frente a la Necrópolis de Gizeh, es un Oasis de paz… de todas formas vuestra agencia os dará opciones, según vuestras necesidades o planes.
- Crucero por el Nilo: coged un buen barco para el crucero (en mi caso volé de El Cairo a Luxor, de allí zarpamos hasta la Presa de Asuán). Comentad con la agencia que “no queréis sorpresas”, y aun así las tendréis. Viajar a estos países, incluso con posibilidades económicas, es una aventura…
Equipaje
Ropa cómoda, mejor de algodón, calcetines y buen calzado. Protección solar y gorra o sombrero para cubriros, el calor es sofocante y el sol implacable. Por eso los mejores meses son marzo, abril, mayo, Navidad…
Comer
Nada que no esté hervido o cocinado, el agua que sea siempre embotellada, como la cerveza… En las excursiones, y son diarias, comes donde menos te lo esperas. No olvides en tú “botiquín” una cajita de Fortasec, por si acaso. Fiarte lo justo de amabilidades, de guías fortuitos, incluso de los oficiales. Saben de todo y de todos sin haber salido de su país. Te hablaran de Vila -real, de su equipo, en valenciano si viene al caso… Yo lo llamo “la agudeza de la necesidad”, y lo admiro, pero tomando atención y precaución.
Importante visitar
- Gizeh. Necrópolis cerca del Cairo, allí la Pirámide de Keops, Kefren y Micerinos, así como la gran Esfinge
- Saqqara la pirámide escalonada, la primera construida.
- Karnac: estatuas de los Colosos, santuario y templo de Amón.
- Valle de los Reyes: allí se encontró la tumba de Tutankamon, el Faraón niño (murió con 16 años), los tesoros, que incluyen la famosa máscara de oro puro, se encuentran en el museo de El Cairo.
- Valle de las Reinas: todas de la dinastía XVIII, la más esplendorosa. Nefertiti, la bella, Titi, la carismática. Todas fueron influencias importantes, como reinas consorte. Pero la Reina-Faraón, y mi preferida es Hatshepsut, culta, estratega, inteligente. Gobernó con acierto y su mandato fue prospero. Vestía como hombre en las batallas, y con mano femenina en su regencia. Su arquitecto real, consejero y confidente, Senenmut, construyó su templo funerario, excavado en las rocas de la montaña,… pero durante 2000 años nadie supo de ella, por su condición de mujer se la relegó a una pequeña tumba , hasta que la encontraron los egiptólogos. No os perdáis su templo en Deir-el-Bahari.
- Presa de Asuán que obligó a trasladar el maravilloso templo de Abbu-Simbel.
- Museo Arqueológico de El Cairo.
- Una noche de luces y sonidos en los templos de Luxor, bajo las estrellas… Impactante.
- Pasead El Cairo, os dará a conocer el Egipto de hoy. Una ciudad caótica, bulliciosa, populosa, pero real.
Espero logréis realizar este sueño, como pude hacerlo yo.
Texto y fotos: Rosa Rochera